Los “abusos” de Uber en CDMX por la contingencia ambiental de la semana pasada fue la plática del fin de semana. Su ahora famosatarifa dinámica se convirtió en el villano favorito no sólo para usuarios sino también para el gobierno de la capital del país. Tanto que ya la reguló.
Como parte de su estrategia de control de daños, Uber reaccionó actuando y remitió a todos sus usuarios el sábado por la noche un email donde prácticamente pide disculpas y anunciando la limitación de dichas tarifas y el reembolso a quienes pagaron un costo excesivo. Pero este tema es el más insignificante de todos los que ahora mismo enfrentamos quienes vivimos en CDMX.
El martes pasado cuando se anunció alrededor de las 8pm la fase 1 de contingencia ambiental lo primero que hice fue llamar al sitio cerca de nuestra casa para reservar un taxi para las 7:25am del día siguiente y en el cual llevaría a la escuela a mi hijo. Nuestro auto no circularía dicho día ni tampoco el viernes, día que no circula por la numeración de la placa. Como actué rápido y planeado no tuve problema para hacer la reserva.
Cuando llegamos a la escuela y pregunté el costo del servicio, la tarifa fue la misma a la de otras ocasiones. No había subido por la contingencia. Tampoco tenía porqué subir pues es un servicio regulado “a la antigüita”.
Abro un paréntesis; para este trayecto nunca hemos tomado Uber y la razón es porque con un taxi de sitio tienes la certeza de que estará esperando a la hora que dijiste lo hiciera. Con Uber es diferente pues en días normales suele tardar en llegar por las mañanas entre 5 a 10 minutos y en ocasiones más. Esto genera incertidumbre cuando tienes que estar a una hora precisa.
Retomando el tema, para media mañana de ese día Twitter ya estaba registrando usuarios inconformes por las tarifas dinámicas de Uber. En la noche la imagen de Uber había sufrido un serio deterioro. Muchos usuarios que habían defendido a la empresa meses atrás cuando estaba en duda su continuidad, se habían tornado ahora en contra. Mi colega Carlos Nuel escribió un buen artículo al respecto.
En días siguientes el gobierno de la ciudad abordó el tema, entabló negociaciones con Uber y ambos llegaron a un acuerdo; las tarifas dinámicas quedarán limitadasy los usuarios que pagaron de manera excesiva serían reembolsados, según se anunció el viernes. ¿Qué influyó más para que Uber actuara; la opinión pública o la autoridad? Eso ahora ya no importa y será caso de estudio en escuelas de negocios.
El sábado por la noche Uber mandó un email señalando lo anterior y además reconociendo que su sistema jamás había enfrentado una situación de esta naturaleza. En otras palabras, que habían aprendido la lección, que harían los ajustes necesarios para que ya no pase nuevamente y, de manera intrínseca, una disculpa. Caso Uber resuelto y cerrado.
El problema más allá de Uber
Pero el problema ambiental no es como Uber. No te puedes sentar a dialogar con él y solicitarle que mejore, que por favor mande lluvias o viento. Se debe de actuar.Y el gobierno de ésta ciudad, ni el federal ni el del Estado de México han actuado con contundencia y claridad.
De aquí que el problema que tenemos refleja lo que especialistas han venido señalando desde hace años; no hemos garantizado un futuro ambiental sostenible para la CDMX. Gobiernos y planes van-vienen y estamos donde sabíamos que íbamos a llegar. La última crisis ambiental la tuvimos en mayo del 2013 y a pesar de que el gobierno anunció que presentaría y ejecutaría un plan, la realidad es que es limitado lo hecho, por no decir nada.
Lo peor del caso es que ni siquiera estamos preparados para declarar una contingencia y las acciones que toma el gobierno se hacen improvisadamente. El caso más aberrante y contra toda lógica es la decisión del Jefe de Gobierno de la CDMX de dar transporte gratuito en trolebús, tren ligero y rutas propiedad del gobierno, conocidas como RTP. Si estos tres tipos de transporte (más el metro) están en bancarrota ahora lo están todavía más. En lugar de fortalecerlos, los está debilitando aceleradamente.
Y estas medidas perversas se generan cuando se tiene a un político al frente de la Secretaría de Movilidad y no a un especialista. Otro grave error del Jefe de Gobierno. Sobre este punto de la gratuidad del transporte, la lectura ha sido errónea. Los automovilistas que están usando el transporte público porque sus autos no circulan, no necesitan que sea gratis (dinero tienen) sino que sea seguro y de calidad. Ambas características están lejos de ser una realidad.
Es cierto que el problema rebasa al Jefe de Gobierno y que el gobierno federal debe involucrarse mayormente no sólo con dinero sino presionando al gobernador del Estado de México, quien nada ha hecho para ordenar su sistema de transporte. Pero se tiene una posición muy débil de solicitar dinero al gobierno federal cuando se da gratis el transporte público.
Más metro (con o sin dinero público), mejor transporte público vehicular, una autoridad autónoma para el tema de la movilidad, ciclovías, cero corrupción en verificentros y sobre todo voluntad política, son los requerimientos que muchos especialistas han señalado como de urgente necesidad. Innovaciones como Uber y Cabify ciertamente suman pero su impacto para con el problema ambiental y de movilidad es limitado.
Concluyendo
Dos días de la semana pasada estuvimos a nada de que se declarase nuevamente contingencia ambiental. Para fortuna del gobierno (y habitantes) el sábado y domingo llovió, lo que ayudó contra la contaminación atmosférica. Pero para esta semana no hay pronóstico de lluvia y de vientos quien sabe.
No podemos seguir así en pleno año 2016. El gobierno federal, de la CDMX y del Estado de México deben hacer a un lado politiquerías y consensuar una estrategia integral, de largo plazo y aplicable desde ya. De hecho el tema ha sido tan estudiado y las soluciones tan conocidas que sólo falta tomar decisiones.
Mis expectativas de que los gobiernos anuncien más medidas conjuntas son muy bajas. No creo suceda algo más allá de haber presionado a Uber y endurecer el “Hoy No Circula”. Es tanto el pavor que tiene el gobierno (cualquiera) a los transportistas y tanta la obsesión de ganar elecciones para mantener el poder, que preferirán dejar las cosas como están hasta donde se pueda y aguantemos los que vivimos en CDMX. Al menos eso es lo que nos han demostrado al momento.
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